martes, 8 de mayo de 2007

Concurso de Relatos: Día de la Mujer Trabajadora 8 de Marzo


Recogemos los ganadores del Concurso celebrado el día 8 de Marzo, Día de la Mujer Trabajadora. Espero que os gusten.


Relato:

BERA ASASHI (Autor: Raul Omar Montilla Rubiales 3º ESO A)

Bera Asashi vivía en un pequeño pueblo del desierto. Era hija de una familia humilde, pero era una mujer muy inteligente. Vivía con su madre en una casa del pueblo. Siempre había tenido una vida muy tranquila y siempre había soñado con tener una aventura.

Un día vino un extranjero a la ciudad y colgó unos extraños carteles por todo el pueblo. En los carteles, había escrito un grupo de adivinanzas y, abajo, había una nota: “Quien sea capaz de resolver todos estos acertijos, se dirigirá a la casa en las afueras del pueblo y recibirá una importante recompensa”. La gente del pueblo estaba pasando una época de pobreza y todo el mundo intentaba resolver los acertijos, pero no lo conseguía nadie.

Bera vio los carteles. Lo leyó atentamente y consiguió resolver todos los enigmas, pero se lo guardó en secreto. Pasó un mes y la gente dejó de intentar descifrarlos y la vida en el pueblo volvió a la normalidad.

Una noche, Bera decidió ir a la casa de las afueras. Era una vivienda pequeña y abandonada, a diez minutos del pueblo. Se acercó a la casa y llamó a la puerta. Al ver que no respondía nadie, decidió entrar. Parecía que no había nadie en el interior. De repente, escuchó una voz detrás de ella y Bera se asustó.
- ¿Qué quieres?- Un hombre viejo la miraba. Era el extranjero.
Bera le dijo tímidamente:
- ¿Eres tú el hombre de los acertijos?
Y él le respondió:
- Sí. ¿Acaso has resuelto alguno?
- Sí, los he respondido todos.
- ¿Has respondido todos? ¿De verdad?
- Sí.
Bera le alcanzó un papel en el que había escrito todas las respuestas y el extranjero las leyó meticulosamente y dijo:
- Cierto, los has respondido adecuadamente. Te daré la recompensa que prometí. Pero te tengo que pedir otra cosa. Tienes que ayudarme a salvar a alguien.
Bera pensó que era su oportunidad para tener una aventura y aceptó, sin pensárselo dos veces. Se fue esa misma noche, dejando una nota en casa para su madre.

Tras una semana de camino a pie llegaron a una gran ciudad cercana a la costa.
- Queremos salvar a una persona que está encerrada en una cárcel. La contraseña está en la solución de uno de esos acertijos. Para cada día de la semana hay un acertijo diferente. Conseguí hacerme con el papel de los acertijos y llevo meses buscando a alguien que sea capaz de resolverlo. Tú lo has conseguido y, ahora, debes ayudarme a que esa persona escape.
- Pero, ¿eso no está mal?
- La persona que ahí está encerrada es el Príncipe del Reino. Fue secuestrado hace un año y están intentando que el Rey pague una recompensa por él.
- ¿El Príncipe?... Entonces, te tengo que ayudar, supongo. Pero, ¿no lo podrías hacer tú solo?
- No, soy demasiado conocido aquí. Además, tú te pareces un poco a la mujer de uno de los guardas de la cárcel. Dentro de una semana, la mujer se va de viaje pero no lo saben los demás guardianes. Tú te harás pasar por ella, entrarás en la cárcel, emborracharás al guarda y liberarás al príncipe.

Una semana después, tras haberse tintado el pelo y estudiado la huida, se dirigió a la cárcel con una botella de cerveza muy fuerte. Le preguntaron la contraseña y ella le fijo la que se suponía que tocaba ese día. Tras unos segundos de nervios, el guarda la dejó pasar. El guarda era un hombre que bebía mucho, por lo que no le costó emborracharle. Le cogió las llaves y se dirigió a la única celda que había allí. Dentro, había un hombre con una máscara y ella le abrió la celda. Al principio, el príncipe intentó atacarla, pero se dio cuenta de que ella no era la esposa del guarda y se sorprendió. Bera le quitó la máscara y le explicó al príncipe cómo había llegado allí para salvarlo.

Se apresuraron, dirigiéndose hacia el palacio. Cuando el Rey los vio, se alegró mucho. Al día siguiente, fueron detenidos los responsables del rapto del Príncipe y, tanto el extranjero, como Bera, recibieron una recompensa.

Desde el momento en que Bera vio al Príncipe, se enamoraron, por lo que no tardaron en casarse. Bera no olvidó invitar a su madre a la boda y, desde entonces, vivieron felices para siempre.

Relato :

LILY EN KENIA (Autora: Paloma León Sánchez 3º ESO A)


Mi historia podría ser protagonizada por cualquier mujer del mundo que aspire a lo que aspiran todas las mujeres; no importa su color, su religión, su nacionalidad o su nivel cultural. Todas tienen derecho a soñar, a ser felices, a ser las reinas de mi historia…

Hasta el día en que dijeron que sería la presentadora de un nuevo documental de National Geographic, Lily no había sido tan feliz. Su sueño siempre había sido ser la directora y presentar un documental. Aunque era muy joven y tan sólo tenía 22 años, Lily ya había trabajado en muchos de ellos, pero nunca los había dirigido. Tenía muchas ideas pero, al final, escogió hacerlo sobre la vida de los Masais (situados en la Kenia meridional). Filmaría sus costumbres, sus formas de caza, sus danzas, sus cánticos e, incluso, su idioma, tan particular (el Maa), que Lily había estado estudiando, ya que esta lengua y esta tribu le interesaban mucho.

En su parada por España, en Barcelona, ser reunió con quien sería su acompañante y quien filmaría todo el documental. Se llamaba Óscar y tenía 25 años.
- ¿Así que tú eres Lily, la famosa presentadora británica de documentales? Te admiro muchísimo y será todo un placer trabajar contigo.
- Sí, soy yo. Encantada… ¿Óscar?
- Sí, Óscar.

Al día siguiente, prepararon todo lo que necesitaban y se pusieron en marcha hacia África para aterrizar en el aeropuerto de Nairobi. Una vez allí, decidieron ir hacia la tribu.
- Pasaremos la noche en esa “boma” y mañana empezaremos a grabar.
Lily asintió contenta pero cansada. Había una choza para cada uno, una junto a la otra. Antes de irse a dormir, pudieron presenciar una ceremonia con bailes y cánticos alrededor del fuego. Las estrellas brillaban con mucha fuerza, no como siempre las veía Óscar en Barcelona, con toda esa luz que desprendían las farolas.

A la mañana siguiente, decidieron comenzar. Visitaron a todo el poblado y se presentaron.
- Somos Lily y Óscar.
Había un grupo de niños y niñas jugando con un pequeño ternero. A Lily le pareció estupendo para empezar por ahí.

- Los Masais son un pueblo estimado en unos 883.000 habitantes que viven en Kenia Meridional, entre las ciudades de Narok y Namanga. La mayoría de los Masais mantienen su religión tradicional, aunque algunos han adaptado alguna forma de cristianismo. Los Masais son pastores nómadas que viven en las llanuras abiertas del sudeste de Kenia y el noroeste de Tanzania. Su vida es su ganado vacuno y se trasladan a donde quiera que las condiciones sean mejores para sus reses- dijo Lily. – Viven en asentamientos llamados “bomas”, círculos de chozas hechas de ramitas y rodeadas por empalizadas para encerrar el ganado. Su vida cultural está llena de celebraciones, iniciándose con el nacimiento. Su religión se centra en torno a creencias místicas que conciernen a los Masais, a su ganado y a Dios. Las vacas son sagradas y, por tanto lo son su tierra y todos los otros elementos concernientes a su ganado. El ganado provee de todas sus necesidades a los Masais: leche, sangre y carne para su dieta y cuero y pieles para su ropa…

Más tarde fueron a visitar a Olira, una joven de 23 años que estaba embarazada de 8 meses y medio. La entrevistaron y le hicieron fotos a su choza. Al cabo de varios días, Lily y Olira se hicieron muy amigas, sobre todo gracias a que ambas hablaban “Maa”. Aunque a Óscar no se le daba también, cada vez lo iba entendiendo mejor.

Una tarde, entraba Óscar en la choza de Olira y sorprendió a su marido, Xungo, golpeándola contra la pared y gritándole lo que parecían más bien insultos. Llamó a Lily, que vino rápidamente y le dijeron a Xungo que no le gritase ni la golpeara más. No quiso, y la tiró al suelo con tal fuerza que al caer no se movía. Lily se temía lo peor y Óscar persiguió a Xungo, que había salido huyendo de allí. Cuando Óscar lo alcanzó, lo agarró de forma que no pudiera escapar y lo ató.

Al final, resultó que Olira tan sólo se había quedado inconsciente unos minutos y le curaron todas las heridas que le habían causado los golpes. Xungo fue castigado y nunca más volvió a molestarla.

Seguían grabando pequeñas secuencias de lo que iba a ser el mejor trabajo que hubieran hecho nunca cuando, en una parte en la que todos los Masais bailaban, Olira empezó a gritar y, entonces, supieron que su bebé estaba en camino. Rápidamente la tumbaron para que empezara a dar a luz y Óscar no desaprovechó la ocasión. Le pidió permiso a la joven “Masai” y filmó todo el parto, en el que se veía a Lily sacando a la pequeña niña, a la que pusieron el nombre de la joven periodista, ya que Olira se sentía muy agradecida por todo lo que habían hecho por ella.

Pasaron allí en total todo un mes, en el que aprendieron muchísimo e hicieron muchas amistades, en especial con Olira y con su bebé. El documental fue todo un éxito, tanto en Inglaterra como en España; y a Lily y a Óscar les gustó tanto aquello que decidieron quedarse allí para siempre. Y, cómo no, se casaron y, como se suele decir, fueron felices por siempre.




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